El 10 de octubre
se celebra a nivel mundial el día de la salud mental, como una iniciativa de la OMS, para llamar la atención acerca de la enfermedad mental y conscientizar a la población en general de su alcance y significación.

Aproximadamente un 12 por ciento de la población mundial, padece de una o varias enfermedades mentales. Hablar  de trastornos mentales es,  tradicionalmente,  referirnos al  cerebro humano  y todas sus funciones, las cuales pueden verse afectadas por diferentes enfermedades, posibles de aparecer en cualquier momento de la vida, desde que somos niños hasta la vejez.

Ninguno de nosotros es inmune a los trastornos mentales, no importa en qué país vivamos o si somos ricos o pobres, no importa la edad, el sexo; cualquiera puede sufrir algún tipo de trastorno mental. Por esto es un problema que nos concierne a todos.

El concepto de salud y enfermedad ha sido considerado como  dos caras de una misma moneda. Está relacionado con equilibrio o pérdida.  Una de las definiciones de salud comúnmente aceptada, es la propuesta por la OMS (Alma Atta):

“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad o padecimiento”. En  1992 se  agregó a la definición de la OMS: “y en armonía con el medio ambiente”, ampliando así el concepto.

Cuando entendemos el concepto, nos hace reflexionar. Se trata de que mantener la salud va mas allá de pensar en el cuerpo, o en el caso de la salud mental, del cerebro; no se trata de mantener un equilibrio con el cuerpo, puesto que debemos tomar en cuenta, no sólo lo físico, mental, social y sino además la armonía con el ambiente.

 

La salud como escenario para una buena vida 

Hoy en día se han agregado muchos  conceptos, entre los que están, salud social, salud holística, salud integral, los cuales apuntan a la búsqueda de BIENESTAR para el individuo y la colectividad, el mismo que debe incluir: bienestar mental,  físico,  económico, social y  espiritual.

Salud mental  se refiere entonces, al  estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural, lo que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida. La salud mental ha sido definida como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias potencialidades, contando con la capacidad de afrontar las tensiones de la vida cotidiana y trabajar de forma productiva. Los conceptos de salud mental incluyen el bienestar subjetivo, la autonomía y manejo emocional entre otros.  Tener salud mental,  ayuda a determinar cómo manejar el estrés, convivir con otras personas y tomar decisiones importantes.

Atender los problemas de salud implica ver al ser humano como un ser total, atender integralmente todos estos factores  de manera interdependiente y no separadas o parceladas, como muchas veces la medicina tradicional se ha empeñado en actuar. Es volver al concepto de equilibrio, integrando las dimensiones física, mental, emocional, espiritual, social y relacional y en armonía con el medio ambiente.

Por esa razón, atender el tema de la salud debe apuntar a considerar todas las dimensiones: política, económica, social. Y quienes trabajamos en estas áreas, debemos ver al individuo de manera integral, en toda su complejidad,  interactuando con su cultura, momento histórico y realidad que le está tocando protagonizar, para así ayudarle a lograr el tan preciado equilibrio, que además nos va alcanzar a todos.

Más allá del Estado y los profesionales están los pacientes. Cuando vemos nuestra salud en perspectiva, podemos sanarnos totalmente. Que este día sirva para ello.

 Dra. Maira Cortéz

Psiquiatra y Psicoterapeuta

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